Los incas: historia y orígenes

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Cuenta la leyenda que de un lugar conocido como Pacaritambo salieron cuatro parejas de esposos-hermanos buscando una tierra donde asentarse. Sin embargo, no reinaba la concordia entre ellos y, envidiosos de la extraordinaria fuerza de uno de aquellos hermanos Ayar (que así eran sus nombres), decidieron encerrarlo en una cueva.

Continuaron con su camino, pero la desgracia se cebó en ellos, y un poco más adelante el segundo de los hermanos fue convertido en piedra por una huaca enemiga mientras que al tercero lo convirtieron en el cerro Guanacaure. Sólo uno de los cuatro hermanos. Ayar Manco (quien luego se cambiarái el nombre a Manco Cápac, por orden divina) consiguió llegar al destino esperado con las cuatro mujeres y todos, los cinco, formaron la semilla de la que sería la gran civilización inca.

Aquel lugar al que finalmente arribaron y que había sido revelado por el dios Sol, Inti, se convirtió, con el tiempo, en el actual Cuzco.

Cuenta la Historia que la zona andina estuvo ocupada durante más de cuatro mil años por tribus y Estados dispersos y que sólo hacia el año 1.200 d.C. se constituyó un gran grupo étnico inca que había llegado al Cuzco procedente de las tierras altas del Sur. Aquellas tierras fértiles del valle del Cuzco estaba dividida en curacazgos, como el de Saña, Alcaviza o Ayarmaca, pero entre ellos había una rivalidad latente que los impelía a luchar entre sí en pos del control de las aguas de aquellos fértiles valles.

Historias y leyendas en el origen de los incas

Historia y leyendas (de las cuales, la de los hermanos Ayar es sólo una de ellas aunque quizás la que mejor lo explica) se entremezclan en la formación e historia de los incas, pero todos tienen una base común: la existencia de un importante grupo étnico que se localizó en el Área Andina, que vivían íntimamente ligados a la Naturaleza y cuya civilización cimentaron en tres zonas: la de la costa, la de la selva y la de la sierra.

El primer Jefe Inca fue Manco Cápac, y aunque algunos lo sucedieron después, aún vivían en un Cuzco dividido en dos, Hanan Cuzco y Hurin Cuzco, zonas pobladas y dirigidas por distintas familias. Con el paso de los años, lograda la unión en el Imperio del Tahuantinsuyu, época de mayor brillantez de los incas, éstos se expandieron por el suroeste hasta las tierras de Collaguas, Chunvivilcas, Canas y Canchis, hacia el lago Titicaca y por el oeste contra los Chancas.

Pachacútec, del 1438 al 1471, fue uno de sus principales gobernantes y consiguió la máxima expansión del Imperio y su definitivo asentamiento. Reconstruyó Cuzco y la convirtió en el centro de todo el creciente Imperio, estableciendo nuevas fórmulas de culto al sol y organizando importantes redes hidráulicas que permitían aprovechar mejor las tierras de cultivo. Su hijo, Tupac Yupanqui, extendió la capital al norte y dominó todo el valle del Nazca y el señorío de Chincha además de llegar casi hasta los alrededores de Lima. Se adentró en Chile, y a su muerte, Huayna Cápac, siguiente jefe inca, conquistó parte de las tierras de la actual Colombia. Sin embargo, los años de declive parecían cercanos. El poder corrompe, incluso en las antiguas civilizaciones, y las continuas intrigas palaciegas debilitaron el sistema de gobierno.

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El propio Huayna Capac hubo de sofocar varias revueltas, pero definitivamente, bajo el gobierno de su sucesor Huáscar, se produjo el ocaso definitivo de un imperio llamado a ser el más grande de toda la América del Sur y Centro. Las divisiones que ya venían del reinado anterior provocaron que a Huáscar se le opusiera Atahualpa, a quien apoyaban los nobles y las clases más altas.

La llegada de Pizarro a tierras andinas supuso que Huáscar viera el fin a su gobierno, pues el pueblo, la última clase que hasta entonces apoyaba a Huáscar, volviera los ojos hacia Atahualpa, quien se invistió de un poder mitológico. Huáscar fue capturado cerca de Cuzco y mandado a ejecutar.

De los tristes acontecimientos ocurridos en Cajamarca, con la captura y ejecución del propio Atahualpa, quedó la historia de un gobernante inca soberbio que legitimó su poder sobre la sangre de su propio hermano, pero también la historia de un conquistador cruel y terrible, Pizarro, cuyas políticas y acciones acabaron prácticamente con una de las épocas más interesantes de toda la historia de la zona andina: la del imperio Tahuantinsuyo.

La joya de esta civilización…

Machu Picchu, la joya turística peruana.

Publicado en: Edad Media Baja, Historia de América

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4 comentarios

  1. Pedro Entrialgo diaz dice:

    Totalmente de acuerdo Jose Manuel. he recorrido casi todo Perú y escuchado las crónicas de varios pueblos masacrados por lo Incas. Los Nasca, los Huanca, etc, etc, no fueron parte del Imperio Inca por deseo propio precisamente. Como todo Imperio, el Inca no se fraguó a base de besos y abrazos. Los españoles se llevaron parte de los tesoros que los Incas a su vez habían robado a las otras tribus. Aquí muchos justifican las matanzas de los Incas con el débil argumento de que eran peruanos. Perú existe como nación gracias a la conquista por parte española de sus territorios a los dictadores Incas. Ni Pizarro ni nadie hubiera podido conquistar tan basto territorio sino hubiera contado con la colaboración de las tribus oprimidas por los Incas. El legado que dejo el paso de España por esta tierra perdurara durante muchos años, universidades, catedrales, etnologia, etc, etc. Y no olvidemos el mestizaje hispano-peruano que ha dado lugar a una raza, cuya belleza es digna de admiración en todo el mundo.

  2. Jose Manuel dice:

    Es cierto que los conquistadores españoles y despues el dominio del imperio español, tenga muy merecidas sus criticas, pero les recuerdo, que si el imperio inca alcanzo ese tamaño, no fue por gracia divina, si no mediante el uso y tambien mucho de abuso de la fuerza. Recordar tambien, que tanto Cortes con el imperio Azteca, como Pizarro con el Inca, tuvieron el apollo de fuerzas indigenas, que estaban mas que deseosas de librarse de su sometimiento a ellos. El general Inca Quisquis, no era un angelito precisamente

  3. Javier dice:

    Tienes toda la razón: con la excusa de la cristianización, pero con el objetivo último de apoderarse de las riquezas de aquellas tierras, los europeos cometieron auténticas barbaridades con los indígenas, Incas, aztecas, guanches… tantos conocimientos perdidos…

    Saludoss

  4. Auarita dice:

    Interesantísimo este articulo, y penoso a la vez, porque cuando leemos la historia de estas civilizaciones que fueron avasalladas y aniquiladas totalmente por los conquistadores españoles, a la mayoría de nosotros nos invade la vergüenza, y a pesar de los siglos transcurridos de aquellos tiempos que indudablemente eramos unos salvajes, estos terribles hechos nos perseguirán para siempre.
    Bella y triste historia de estas culturas que seguro nos hubieran enseñado muchas cosas buenas, y sin embargo fueron masacradas solo por el oro que poseían, y al que no le daban el mismo valor que los mataron para despojarlos de toda su riqueza.

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