Cajamarca, la captura de Atahualpa

Situado al norte de Perú, Cajamarca tiene un lugar importante en la historia de aquel país dentro de lo que fue considerado como «la conquista de Perú».
Muchas atrocidades se han cometido en nombre de la evangelización y la cristianización, y la batalla de Cajamarca y la muerte de Atahualpa fue un claro ejemplo de ello. La época de las grandes conquistas estuvo marcada por el afán de expansionismo y aumento de riquezas de las grandes potencias europeas de la época.
Pizarro y Atahualpa
Francisco Pizarro ha pasado a la Historia como uno de nuestros mejores conquistadores, pero también como uno de los más sangrientos y bárbaros.
Atahualpa, por su parte, sucedió a su padre al frente del imperio inca en el año 1525, aunque para ello hubo de enfrentarse a su hermanastro Huáscar a quien derrotó y a cuya familia mandó matar. Sin embargo, en 1532, el emperador inca se encontró con un rival de su mismo calibre, hábil estratega e inteligente en sus movimientos.
Con el fin de impresionar a los españoles, Atahualpa dejó tomar la ciudad de Cajamarca, apostándose con todo su numeroso séquito en los alrededores de la ciudad. No obstante, ambos rivales se estudiaban en la lejanía. El inca había conseguido constatar que los españoles no tenían nada de divinos como contaban las leyendas de su pueblo y aún así calló la información para así aparecer ante todos como el emperador que había conseguido derrotar a los dioses españoles. Por su parte, Francisco Pizarro estudiaba todos los movimientos y soldados incas.
En las afueras de Cajamarca
Pizarro, por su parte, quizás pensaba en algún movimiento estratégico de los incas que se situaban en las afueras de Cajamarca. En aquel año de 1532 el conquistador español mandó a su capitán Hernando de Soto para hablar con Atahualpa y pedirle que se presentara ante Pizarro. No tuvo éxito en su misión y ni tan siquiera consiguió concertar una cita con el emperador, por lo que al poco se presentó el propio hermano de Pizarro, Hernando. Furibundo por el desprecio de Atahualpa, Hernando Pizarro lo insultó y exigió su presencia. Ante el desagravio, finalmente el inca accedió a ir a la ciudad a parlamentar.
Sin embargo, no era un encuentro amistoso lo que se le ofrecía, sino una trampa. Atahualpa se presentó, según las historias, con más de 30.000 sirvientes y unos pocos soldados. En la ciudad de Cajamarca le esperaban ocultos 180 soldados españoles, 37 de los cuales iban a caballo.
Batalla de Cajamarca y captura de Atahualpa
Sin conocer las intenciones de Pizarro, el primer requerimiento que se le hizo a Atahualpa fue su conversión al cristianismo y la aceptación de la Biblia. Atahualpa, indignado por la petición, la rechazó. Fue el momento en el que los españoles salieron de sus escondites para librar la que se ha conocido como «la batalla de Cajamarca» en la que murieron casi 15.000 sirvientes incas indefensos, y sólo unos cuantos españoles.
Atahualpa fue capturado y por su liberación ofreció toda una habitación llena de oro y dos habitaciones más llenas de plata. A pesar de que el gran tesoro fue pagado, sin embargo, Atahualpa fue ejecutado por orden de Francisco Pizarro.
En principio su muerte iba a ser en la hoguera pero ante las profundas creencias del propio Atahualpa que creía en la conservación del cuerpo para continuar en una vida más allá éste finalmente juró la Biblia convirtiéndose. Aún así, no le fue conmutada la pena, aunque en lugar de hacerlo quemado, Atahualpa, finalmente, el 26 de julio de 1533, murió en la plaza de Cajamarca ahorcado.
Su muerte originó una profunda división en toda Perú entre los partidarios de Huáscar y los de Atahualpa, lo que sería aprovechado por los españoles para la conquista de todo el territorio.
Cajamarca, en la actualidad
Cajamarca es, hoy día, una ciudad muy moderna de estructura y arquitectura colonial y con una excelente gastronomía e incluso ha sido declarada como Patrimonio Histórico y Cultural de las Américas. San Antonio de Cajamarca ofrece diferentes puntos de interés para los turistas, comenzando por la colina de Santa Apolonia desde podrás ver en su totalidad a la población y disfrutar de magníficas vistas.

Una vez en la ciudad deberías ir a la Plaza de Armas, y allí visitar el Cuarto del Rescate, el que supuestamente se llenó de oro para la liberación de Atahualpa. Además, la ciudad ofrece uno de los carnavales más conocidos y animados de todo Perú, por lo que es uan época ideal para visitarlo. Este carnaval de Cajamarca se celebra habitualmente cuatro días después del Miércoles de Ceniza.
Si quieres viajar a Cajamarca desde fuera del país hay que volar primero hasta Lima, la capital, y de ahí tomar un vuelo de conexión hasta el aeropuerto General Armando Revoredo que es el perteneciente a Cajamarca, o bien recorrer el trayecto que la separa de la capital en autobús.
Para saber más: Historia de los incas y sus origenes.
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