Béziers, pasado cátaro
El Languedoc francés lleva escrito su pasado en sangre en los libros de Historia. Hogar de los antiguos cátaros, esta bella e histórica región vivió casi dos siglos de persecuciones y cruentas batallas desde que Inocencio III, Papa de Roma, decidiera convertir en una cuestión religiosa el exterminio de los considerados herejes de Albi. Desgraciadamente, Béziers se convirtió, en el año 1209, en el ejemplo que utilizó la Iglesia para dominar a todas aquellas ciudades que habían acogido en su seno a los cátaros.
Los albigenses (más conocidos como cátaros) defendían que el mundo fue creado por alguna entidad satánica, creían en la reencarnación y en realidad, se consideraban cristianos. Eso sí, no reconocían a la Iglesia, y por lo tanto, estaban separados de sus dictados. Fue esta última actitud la que hizo que la Iglesia de Roma los excomulgara y persiguiera.
Aquellos cátaros se encontraban, sobre todo, en la zona comprendida entre Toulouse y Montpellier, en esta zona del Languedoc, comprendiendo ciudades como Carcasonne, Albi y Béziers, lugares que conforman la llamada ruta de los castillos cátaros.
La persecución de los cátaros llega a Béziers
Cuando en enero de 1208 el monje dominico Pedro de Castelnau fue asesinado cerca de Arles, el Papa Inocencio III ya llevaba tiempo predicando en contra del catarismo, aunque no tenía el motivo suficiente como para emprender una acción bélica contra ellos. El asesinato del que fuera delegado papal para reprimir la herejía en el Languedoc fue la causa tanto tiempo esperada para enfrentarse a Ramón IV, el conde de Toulouse y persona más poderosa de toda la región.
Se inició así la persecución oficial del catarismo que desembocaría apenas un año después en el hecho más trágico de la historia de Béziers.
El 21 de julio del año 1209 los cruzados de la Iglesia sitiaron la ciudad de Béziers. Simón de Monfort y Arnaud Amary, nuevo delegado papal, exigieron la rendición de la ciudad, que albergaba a un par de cientos de cátaros que habían buscado refugio en la ciudad. Lejos de rendirse, Béziers cerró sus murallas y se dispusieron a defenderse. Dicen, incluso, que desde las murallas arrojaron todas las copias del Antiguo Testamento que tenían.
Sin embargo, la resistencia no pudo durar mucho. Los soldados eclesiásticos consiguieron romper la muralla y penetrar en la ciudad. El castigo por aquella afrenta fue cruel y despiadado. Todos los habitantes de Béziers fueron ejecutados. La catedral de Béziers, la de San Nazario, fue incendiada. La dejaron ardes hasta que finalmente se derrumbó, atrapando dentro a los cientos de personas que se habían refugiado en su interior y a los que no dejaron salir.
Curiosamente, en la ciudad se contaban apenas unos 200 cátaros, y sin embargo, el cálculo de víctimas subió hasta los casi 20.000 habitantes que vivían en la ciudad. Dio igual que fueran cátaros o no. Béziers fue utilizado como ejemplo de lo que sucedería a aquellas ciudades que albergaran a los cátaros.
Aunque la lucha contra éstos durara aún un siglo más, lo cierto es que tras saberse lo ocurrido en Béziers muchas otras ciudades se rindieron rápidamente.
Un poco de turismo en Béziers
Queda dicho que Béziers se encuentra en la región del Languedoc, en las cercanías de Montpellier, y a poca distancia también de otras ciudades muy turísticas como Carcasonne y Toulouse.
El que da vida a esta ciudad es el Canal du Midi. La mejor forma de conocer la zona es, probablemente, navegando por el canal y descubriendo una a una las esclusas que la caracterizan. Nos daremos cuenta de que Béziers está rodeada de campos de vides lo que le ha dado fama a nivel mundial, y es que sus vinos son muy apreciados internacionalmente.
Entrando en la ciudad, obviamente, y en honor a su historia, no podemos dejar de visitar su catedral de Saint Nazare ni pasear por sus callejas antiguas para descubrir las mansiones del siglo XVII que aún se conservan. También la Basílica de Santa Afrodita es una reliquia que data del siglo XII, o su plaza de toros que es reconocida a nivel internacional en el mundo de la tauromaquia.
La ciudad combina perfectamente su pasado histórico visible en sus fachadas de piedras, y en sus calles empedradas, con el verde y la elegancia de sus jardines…
Béziers es un destino perfecto que deberíamos incluir si queremos hacer esa romántica ruta de los castillos cátaros.
Para saber más sobre los cátaros y sus persecuciones
Publicado en: Edad Media Alta, TourHistoria
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