La verdadera Gran Evasión

Stalag Luft III

El campo de trabajos forzosos de Stalag Luft III, construido por la Lutwaffe durante la Segunda Guerra Mundial para alojar a los pilotos enemigos capturados y famoso por sus excelentes medidas de seguridad, fue el lugar donde se llevó a cabo una de las más célebres fugas de la historia, inspirando la película «La Gran Evasión» de 1963. Pese a que en un principio el plan implicaba la fuga de más de 200 prisioneros, ni siquiera un centenar de ellos lograron escapar y muchos fueron capturados pocos días después. Durante los últimos meses de la guerra el campo de Stalag Luft III llegó a albergar a cerca de 11.000 presos.

Pese a que este campo no fue concebido como los terroríficos campos de exterminio, había sido creado con la intención de evitar cualquier intento de fuga por parte de los prisioneros, desde colocar sismógrafos para detectar vibraciones hasta elevar los barracones 5 centímetros sobre el suelo, pasando por kilómetros de alambrada y torres con vigías apostados. Otra medida adicional era un grupo de soldados apodados «Hurones» y que se dedicaban a realizar inspecciones sorpresa y cortar cualquier asomo de fuga de antemano.

El plan fue concebido durante la primavera del año 1943 por parte de un piloto y oficial de la Royal Air Force llamado Roger Bushell, quien pretendía que escapasen 220 prisioneros, los cuales también saldrían provistos de documentación falsa, ropa de civil para no llamar la atención e incluso una brújula por cabeza. Además de la fuga, el plan debería obligar a los alemanes a retirar parte de sus efectivos en los frentes de batalla para emprender la búsqueda de los fugados.

Para asegurarse el éxito se crearon 3 túneles que fueron bautizados como «Dick«, «Tom» y «Harry«, pudiendo permitirse el que uno de ellos fuese descubierto al contar con dos alternativas más. Estos túneles deberían atravesar la prisión por debajo hasta alcanzar una zona boscosa situada a cerca de 100 metros de la alambrada. Mediante herramientas creadas con restos de latas de conserva y apuntalando los túneles con tablas extraídas de sus camas lograron ir excavando los túneles, mientras se deshacían de la tierra sobrante dispersándola poco a poco por toda la extensión de los patios del campo, llevándola en unas pequeñas bolsas ocultas bajo la ropa. Además del equipo encargado de excavar, otro grupo se dedicaba a vigilar y avisar a los trabajadores cuando los carceleros estaban cerca.

La documentación falsa (identificaciones y billetes) fue elaborada por un tercer grupo de personas, e incluso se llegó a sobornar a algún que otro guardia para conseguir ropas y material para crear los documentos. Resulta bastante curioso que en este plan se viesen implicadas cerca de 600 personas y aun así lograse llegar a término sin detenciones. En un principio los excavadores pusieron todo su esfuerzo en el túnel llamado «Tom», pero éste fue descubierto por una inspección sorpresa de los «Hurones», así que se continuaron las excavaciones en «Harry», quedando el túnel «Dick» como un mero almacén de materiales.

El gran momento llegó la noche del 24 de Marzo del año 1944, aprovechando la oscuridad de la luna nueva, siendo los hombres divididos en dos grupos principales. Los primeros en salir serían aquellos que mejor se desenvolvían en alemán junto con los que más horas habían invertido en las excavaciones, y después de ellos iría otro grupo de 100 personas designado por sorteo entre todos los colaboradores del plan.

La fuga comenzó con mal pie debido a que la trampilla que llevaba al túnel «Harry» se bloqueó debido al frío, retrasando la primera salida más de una hora. Para colmo de males, los cálculos no fueron del todo exactos y la salida del túnel no estaba entre los árboles como estaba previsto, sino a unos pocos metros de la línea boscosa, por lo que los presos tuvieron que salir de cinco en cinco para evitar así ser vistos por las patrullas alemanas. Tantos contratiempos hicieron que el plan se abortase a mitad de la fuga, viéndose obligados muchos presos a regresar a sus barracones.

La última jugarreta del destino vino con un guardia que vio a uno de los presos saliendo del túnel en el exterior de la alambrada e inmediatamente dio la alarma, provocando una rápida inspección y recuento de los barracones. Así se descubrió a «Harry» y se puso fin al plan de escape. Sólo 76 presos lograron salir de Stalag Luft III. Numerosas patrullas alemanas recorrieron los alrededores de la prisión y mantuvo bajo estrecha vigilancia las estaciones de tren cercanas, apresando de nuevo a la mayoría de ellos, que fueron fusilados por orden de Adolf Hitler a modo de escarmiento y aviso para los futuros aspirantes a prófugo. Bram Van Der Stok, Per Bergsland y Jens Müller fueron de los pocos que lograron alcanzar territorios neutrales.

Foto vía: legacystories

Publicado en: Curiosidades de la Historia

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1 comentario

  1. Líber dice:

    ¡Artículo muy interesante para completar la película! ;)

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