Aníbal y la Segunda Guerra Púnica
Aníbal dejó la Península en el año 218 a.C, conduciendo un enorme ejército a través de los Alpes durante el terrible invierno, con el fin de invadir el norte de Italia, algo que para los historiadores fue la guerra más terrible que tuvo que soportar Roma en su historia. Este acontecimiento fue el comienzo de la Segunda Guerra Púnica, que trajo consigo 15 años de invasión de Italia por parte del más célebre general que tuvo nunca Cartago.
Al final, como el general romano Publio Cornelio Escipión se colocó a las puertas de Cartago, después de ganar Hispania, Aníbal se vio obligado a regresar y defender la ciudad, perdiendo la Batalla de Zama y poniendo así fin a más de 500 años de dominio cartaginés en el Mediterráneo occidental.
A pesar de perder muchos de sus hombres en el terrible invierno de los Alpes, Aníbal se abalanzó sobre el norte de Italia con 26.000 soldados de infantería, entre los que se incluían una gran cantidad de españoles, la excelente caballería de los numidios y los temidos elefantes de guerra, aunque muchos de ellos habían fallecido antes de llegar a Italia. Aníbal pensó que podía aumentar su ejército con los galos, fervientes enemigos de los romanos, así como otras ciudades-estado que se les unieran.
Roma envió varios ejército para oponerse a Aníbal. Sin embargo, todos los esfuerzos fueron baldíos, y la derrota romana fue clara. En Trebia y en el Lago Trasimeno, Aníbal demostró su ingenio, empleando tácticas de envolvimiento, que prácticamente borró a las legiones romanas. Aníbal era también un maestro de las emboscadas, y fue capaz de evitar las tácticas relámpago que usaba el enemigo.
La Batalla de Cannae, en el sur de Italia, representó la mayor derrota de la historia de Roma. El Senado, imprudentemente, le dio el mando a dos cónsules inexpertos. Aníbal flanqueó a los romanos y los capturó en una pinza. Todo hacía indicar que Aníbal llegaría hasta Roma.
En el 210 a.C, Publio Cornelio Escipión, de 25 años, descendiente de la poderosa familia de Escipión, convenció a la Asamblea de Roma de la necesidad de invadir España y destruir la provincia más próspera de los cartagineses. Escipión dominaba las tácticas de Aníbal, y las empleó contra Hasdrúbal, hermano pequeño de Aníbal.
En el 206, Hasdrúbal cayó en la Batalla de Ilipa, y como resultado de ello, tuvo que trasladarse con los restos de su ejército hasta el norte de Italia, con la intención de unirse a Aníbal. Escipión continuó con su idea de conquistar la Península Ibérica para, en última instancia, unirla a Roma. Además, los antiguos aliados cartagineses se unieron a Roma. De esta manera, Escipión y Aníbal se enfrentarían en la Batalla de Zama en el 202 a.C
Asdrúbal nunca fue capaz de unir sus fuerzas con las de Aníbal. El cónsul romano Claudio Nerón, utilizando la táctica de emboscada de Aníbal, llevó la mayor parte de su ejército hacia la izquierda, para así contener a las tropas de Asdrúbal, mientras que el ejército de Aníbal se las vería con el cónsul Livio. La Batalla de Metaurus fue ganada por Nerón, y en ella murió el propio Asdrúbal.
Fue en ese momento cuando Aníbal se dio cuenta que, con los medios con los que contaba, le resultaba materialmente imposible acercarse a los muros de Roma. Además, con el envió de Escipión hacia España, Aníbal se vio obligado a retroceder para defender Cartago. La ciudad había pedido negociar la paz con Roma, pero Aníbal convenció a los dirigentes para luchar. Todo fue un error.
Aníbal perdió la Batalla de Zama, en gran parte a la traición de los numidios, que se aliaron con Roma. Cartago perdió mucho territorio, y se redujo a una insignificante ciudad-estado. La Tercera y última Guerra Púnica, cien años más tarde, conllevó su destrucción total.
Publicado en: Conflictos belicos, Edad Antigua, Personajes históricos
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Para mi que Anibal tenia que haber ganado porque el otro le hizo trampa no? ustedes que dicen?
Se llamaba Hispania, casi lo mismo, no?
Hola, Roi:
Pues tienes toda la razón del mundo y ya está rectificado. A veces cuesta poner el nombre correctamente cuando hablamos de otra época en que aún no se hablaba del término «España».
Saludos y gracias por el apunte.
Llamar España a la península es tan equivocado como llamar tunecinos a los cartagineses. Un absurdo error que mancha el texto, la verdad.