Mucho antes de aquella Sublevación de Pascua, Irlanda era una pequeña isla que se encontraba habitada por celtas y pueblos de origen escandinavo y que fue tomada por los ingleses en el siglo XII. Fue cuatro siglos más tarde, en el XVI, cuando oficialmente, Irlanda se contempló bajo la corona británica, cuando Enrique VIII se otorgó el título de Rey de Inglaterra e Irlanda.
Desde entonces, la opresión de Inglaterra fue cada vez mayor; se recortaron los derechos y libertades de los lugareños e incluso, a partir del año 1800, fue sometida al gobierno del Reino Unido. Continuas guerras y guerrillas asolaron el territorio durante siglos; sublevaciones que buscaban la independencia de la isla y el derecho a su propio gobierno.
La lucha por la Home Rule: unionistas vs. independentistas
Desde mediados del siglo XIX, poco a poco, los irlandeses comenzaron a recuperar algunas libertades, no sin sangre derramada, y fue a partir del año 1873 cuando se comenzó a luchar por la Home Rule, la total autonomía de la isla, a la que firmemente se oponía Inglaterra.
Durante todo ese tiempo, en la Irlanda, y por mor de la influencia británica, se había ido gestando la división de su sociedad entre los unionistas que deseaban seguir con Inglaterra, y los independentistas, partidarios de escindirse. Y tanto fue así, que cuando finalmente se aprobó la autonomía irlandesa en la Cámara de los Lores en el año 1913, se opusieron violentamente los protestantes del Ulster.
La desunión, sin embargo, estaba servida: los pro-ingleses eran los habitantes irlandeses con cierto status social y laboral, cargos políticos y administrativos de importancia, y de religión, protestantes. Los segundos, los auto-considerados como verdaderos irlandeses, eran los más pobres, obreros y campesinos en su mayoría que abrazaban la religión católica.
Los unionistas formaron el llamado Ejército de los Voluntarios del Ulster, mientras en la facción contraria, en la de los independentistas, se crearon a los Voluntarios Irlandeses. Poco a poco, ambos bandos se fueron armando, pero la Primera Guerra Mundial hizo que las tensiones que se estaban acumulando en territorio irlandés, parecieran sofocarse momentáneamente.
Preludios de una guerra civil. La sublevación de Pascua
Sin embargo, lejos de producirse ésto, los más extremistas decidieron que aquél era el momento esencial, cuando los británicos se encontraban distraídos con sus luchas en Europa. Pensaban que antes que tener una guerra civil en su propio terreno, Inglaterra les daría la independencia soñada. No obstante, la organización fue, cuando menos, nula, pues carecían de armas (estaban pendientes de recibirlas) y contaban con una fuerza irlandesa que pudiera llegar desde Alemania, donde estaban luchando. Ante la falta de apoyos, apenas dos días después de organizar en la clandestinidad aquella sublevación, la cancelaron. Era el 22 de abril de 1916.
Dos días más tarde, unos cuantos irlandeses revolucionarios decidieron que ellos lucharían por los que creían sus derechos. Eran nacionalistas que pensaban dar su vida y servir como ejemplo a otros que se estaban acomodando con la autonomía que la Home Rule les otorgaba, pero que tan lejos estaba de la total independencia irlandesa.
Patrick y Willie Pearse fueron sus dos principales cabecillas. Con ellos otros cuantos líderes como Joseph Plankett, Michael Collins o Eamon de Valera. Ahora los objetivos no eran apoderarse de las ciudades, evidentemente, si no, ya que eran pocos, tomar unos cuantos edificios importantes y resistir en ellos. Así, en aquel 24 de abril de 1916, en Dublín, consiguieron hacerse con el edificio de Correos, con los Tribunales y con el Molino de Harina. Frente al Liberty Hall de Dublín, sede sindical, las milicias ciudadanas nacionalistas formaron bajo el lema «We serve neither king nor kaiser, but Ireland» (no servimos ni al Rey ni al Káiser, sólo a Irlanda». Se forjaba así la Sublevación de Pascua.
Sublevación de Pascua. Estalla la rebelión y la lucha en las calles de Dublín
Pensaban que al ser tan sorpresiva la acción, tardarían en responderles, pero los ingleses estaban demasiado preparados; tanto que hay historiadores que piensan que premeditadamente los dejaron hacer, para que así sirvieran de escarmiento a la población en general.
Los ingleses utilizaron hasta un cañonero contra ellos, que iban practicamente desarmados, y las tropas británicas se lanzaron al asalto y recuperación de cada uno de los edificios. Durante dos días los controlaron para que no se extendiera aquella sublevación de Pascua, y finalmente, el miércoles de Pascua, 26 de abril, los bombardearon desde el cañonero Helga. Las barricadas volaron por los aires, y los soldados británicos entraron en las posiciones irlandesas a bayoneta mientras las ametralladoras restallaban en el cielo dublinés.
Dublín quedó parcialmente arrasada y hubo más de 300 muertos. Los cabecillas de aquella sublevación fueron juzgados en secreto y algunos de ellos ejecutados.
Independencia y creación del Estado Libre de Irlanda
Sin embargo, lejos de sofocar aquella rebelión que supuso la muerte de sus dos principales ejecutores, los hermanos Pearse, sirvió para acabar de unir a los irlandeses en la lucha por la independencia ante la barbarie cometida por los ingleses en su propio territorio.
La causa recibió tal empujón gracias al sacrificio de aquella sublevación de Pascua, que apenas 3 años después hubo una nueva sublevación que les valió conquistar nuevos estados en su independencia, y 6 años más tarde, en el año 1922 la creación del Estado Libre de Irlanda.
Nombre propios de la independencia de Irlanda
Michael Collins, uno de los pocos cabecillas de aquella sublevación que salió vivo, se convirtió en el principal valedor de la independencia. Él firmó los acuerdos de Londres y desde su puesto de presidente del Gobierno provisional de Irlanda, abogó y luchó por una nueva paz con Inglaterra. Desgraciadamente, fue asesinado aquel mismo año por el IRA quien buscaba la lucha armada.
Eamon de Valera, otro de los supervivientes de aquella Sublevación de Pascua el 24 de abril de 1916, fue el fundador de la República de Irlanda (hoy la conocemos como Eire), y fue durante 14 años Presidente del país, desde 1959 a 1973.
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