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Psamético I y el primer pueblo

A pesar de que en la actualidad la ciencia ha evolucionado lo suficiente como para conocer, o por lo menos hacer una aproximación real, a los inicios y albores de la humanidad, lo cierto es que no siempre hemos gozado de esta clarividencia científica. Aun así, tampoco es de extrañar que las antiguas civilizaciones tuvieran gran interés, o curiosidad, en temas como la existencia previa de otros pueblos o el origen de las lenguas.

Con esta introducción llegamos a los egipcios, en concreto al faraón Psamético I. Fue éste uno de los más grandes faraones, encargado de llevar a su pueblos a la independencia respecto del Imperio asirio.

Reinaría durante 54 años, del 664 al 610 a.C., y en ese tiempo consiguió una prosperidad admirable en el país, estableciendo además buenas relaciones con otros reinos y entablando buenos acuerdos comerciales.

La grandeza del faraón y su pueblo era tal, que él mismo pensaba que su pueblo era el más antiguo del mundo, algo que se dispuso a demostrar.

Psamético pensó que para saber qué pueblo había sido el primero en habitar la tierra sólo necesitaba conocer el origen de la lengua. La lengua más antigua. De esta forma ideó un experimento un tanto raro, pero realmente ocurrente, por el cual estaba convencido que llegaría a una respuesta clara.

Tomó dos bebés y los entregó a un campesino. Estos niños no deberían tener ningún tipo de contacto con la civilización, no obstante, él se encargaría de alimentarlos y vigilarlos. En el momento en el que dijeran su primera palabra podrían saber cual era el lenguaje más antiguo del mundo, y por tanto el pueblo.

Evidentemente este experimento respondía a la creencia personal de Psamético de que el hombre tenía un idioma original, que si no era “adulterado” por ninguna otra lengua saldría.

El tiempo pasó y los niños fueron alimentándose y creciendo. El campesino los estudiaba minuciosamente esperando a que un día u otro dijeran sus primeras palabras. Así pues, llegó el día en el que la espera terminó. El campesino pidió una audiencia urgente con el faraón alegando que habían dicho su primera palabra “Bekós”.

Ni el faraón ni el campesino tenían idea alguna de que significaba esta extraña palabra, así pues se convocaría un comité de sabios para intentar determinar qué idioma era el que usaban estos niños salvajes.

Tras el estudio llegaron a un consenso, esa palabra significaba pan y era frigia. Por tanto, esto quitó las esperanzas a Psamético de que los egipcios fueran la civilización más antigua, pues su experimento aseguraba que habían sido los frigios, una civilización que ocupaba la mayor parte de la península de Anatolia.

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