El enigma de Tartessos

Tartessos

Se conoce como Tartessos a la civilización que, probablemente, se desarrolló a lo largo de las que hoy en día son las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, y en lo que sería la costa suroeste de la Península, teniendo una gran influencia sobre la zona interior del actual Algarve portugués.

El nombre se lo dieron los griegos cuando encontraron lo que ellos creyeron que sería la primera civilización de Occidente y, en teoría, el pilar principal en torno al que esta cultura se habría desarrollado sería el río Tartessos, denominado posteriormente por los romanos como Betis y, más tarde, serían los árabes quienes le dieron el nombre de Guadalquivir.

Heredera posiblemente de la era del período conocido como Bronce Final Atlántico, lo cierto es que aún en la actualidad nada de lo que la rodea está considerado como “seguro” ya que no se ha encontrado ninguna localización que se correspondiera con tal enclave, aunque se cree que los tartesios llegaron a tener una lengua y una escritura propias, distintas a la de sus vecinos, y que incluso su cultura llegó a tener cierta influencia de la de los fenicios y egipcios.

En este sentido, cabe decir que la primera referencia histórica que tenemos de Tartessos procede de Heródoto, siglo V a.d.C., cuando la menciona al hablar del rey Argantonio (“Hombre de plata”, del que se dice estuvo en el poder 100 años) y de su gran riqueza y sabiduría. Más tarde, en el siglo IV a.d.C., el nombre aparece en un poema del escritor romano Rufo Festo Avieno, “Ora maritima”, en el que un marino va narrando los lugares que visita en un viaje por mar desde las costas de Cornualles y Britannia hasta Massalia, proporcionándonos algunos nombres de los pueblos costeros de la época en la Península Ibérica.

Publicado en: Edad Antigua

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