La Domus Áurea, residencia del emperador Nerón

Domus Aurea

Una de las construcciones más impresionantes de la Antigüedad romana está relacionada asimismo con uno de los emperadores más célebres y polémicos de todo el Imperio: Nerón. La Domus Áurea (es decir, “la Casa de Oro”) era el magnífico y enorme palacio del emperador en la Ciudad Eterna, erigido tras el nefasto incendio que asoló Roma en el año 64 a.d.C.

Se dice que la construcción era de tan desproporcionadas medidas que, en total, su superficie llegaba a ocupar en torno a las 50 hectáreas, que se repartían entre la colina del Esquilino y la del Palatino. Hoy en día, algunas de sus ruinas permanecen todavía sin excavar debajo de lo que se corresponde con los Baños de Trajano.

Llena de estridencias, algunos de sus lujos comprendían incrustaciones de materias preciosas, como el oro, le marfil y otras piedras y, asimismo, se cree que algunos de su salones estaban provistos en sus techos de compuertas, de tal modo que cada vez que había una celebración o fiesta de cualquier tipo que el emperador organizaba, estos se abrían y del “cielo” caían pétalos y flores perfumadas.

Aún sin acabar cuando a Nerón le llegó la muerte, y seriamente dañada por el incendio que tuvo lugar en el 104, Trajano ordenó que se enterrase la casa bajo los escombros, algo que con el paso del tiempo aseguró su preservación al alejarla del tan frecuente pillaje de materiales, que tuvo como víctimas a otros edificios ilustres, como por ejemplo el Coliseo.

En este sentido, buena parte de sus salas no salieron a la luz hasta el siglo XV, cuando por casualidad se encontró un acceso a una de las bóvedas que permanecían bajo el suelo. Fue en ese momento cuando se descubrieron sus decoraciones murales, las cuales darían paso a los motivos grutescos propios del Renacimiento: el vocablo “grutesco” proviene de la palabra gruta, en clara alusión a las de la Domus Áurea.

Foto Vía: 3 viajes al día

Publicado en: Edad Antigua, Historia de Roma

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