Federico II Hohenstaufen, asombro del mundo

Federico II

Las Cruzadas, sin duda, despertaron la ambición de muchos reyes y lideres eclesiásticos, que a fin de obtener riquezas y gloria, se embarcaron en peligrosas y crueles campañas que arrastraron a la muerte a muchos soldados y personas inocentes. Claro está, dentro de esta línea de monarcas, siempre se encontró la excepción a la regla, como por ejemplo Federico II Hohenstaufen, quien obtuvo sus logros a través de acuerdos y lucho contra el despiadado poderío de la iglesia.

Federico II nació el 26 de Diciembre de 1194 y a los dos años de edad (1196) fue nombrado Emperador Romano. Era hijo de Enrique VI, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, y de Constanza, hija de Rogelio II, primer rey de Sicilia. En consecuencia era nieto del famoso Barbarroja, el emperador alemán líder de la Orden Teutónica.

Tras la muerte de su madre, el testamento asignaba como tutor del niño al papado. Así, el papa Inocencio III se encargó del cuidado y la formación de Federico hasta que fue mayor de edad.

Sin embargo, Inocencio III, con la esperanza de acabar con la hegemonía de la casa de Hohenstaufen, corono como emperador en 1209 a Otón de Brunswick, quien tras diversos conflictos y luego de ser depuesto fue asesinado en 1218 dejando lugar finalmente a Federico II que años anteriores, el 9 de Diciembre de 1212, ya había sido coronado Rey de Romanos y solo esperaba sentarse en el trono. Mas allá de esto, Inocencio III no se sentía lo suficientemente cómodo defendiendo la candidatura imperial de Federico.

Finalmente, el 22 de Noviembre de 1220, el joven emperador fue coronado Sacro Emperador Romano en Roma por el Papa y por supuesto, bajo la condición de socorrer al Imperio Latino de Constantinopla y embarcarse en una Cruzada hacia Tierra Santa, para recuperar los Santos Lugares. Federico no se mostró muy dispuesto a cumplir estas promesas, aunque habló de preparar una cruzada, y marcho hacia Sicilia donde residiría gran parte de su vida.

Años después, en 1224, fundó la Universidad de Nápoles, ahora llamada Università Federico II en su honor. En 1225 Federico contrajo matrimonio con Yolanda de Jerusalén, heredera al trono del Reino de Jerusalén. Sin embargo el papa Honorio III había ordenado a Federico que fuera a las Cruzadas como penitencia a lo cual el emperador había asentido, pero había ido demorando la partida, lo que le valió la excomunión en 1227. El mensaje era claro, las acciones que llevaba a cabo el emperador de Sicilia buscaban romper toda relación con el papado. Además, por si fuera poco, tras su unión con Yolanda, se reconoció a si mismo como Rey de Jerusalén en 1225.

Tiempo después, en Tierra Santa, el sultanato egipcio Ayubí se encontraba en una posición política comprometida por lo que consideraba peligroso comenzar una nueva contienda con las potencias occidentales. Por ello, Federico, con un reducido ejército, consiguió reconquistar Chipre, que se encontraba en un estado de anarquía tras el colapso del poder cruzado y tras un armisticio de diez años con el sultán, fue coronado oficialmente Rey de Jerusalén el 18 de marzo de 1229. Una provocación mas al papado que a través de Gregoria IX declaró que las acciones del emperador en Tierra Santa no podían calificarse como guerra santa al continuar estando excomulgado, y procedió a liberar a los cruzados del voto de obediencia al Emperador.

Estas declaraciones y demás conflictos internos llevaron a Federico a regresar a Sicilia en fuerte oposición contra el poder del papado.

Inocencio IV procedió a acusar a Federico de usurpar y oprimir los bienes de la iglesia, y terminó por excomulgarlo nuevamente el 17 de julio de 1245, por no organizar una nueva Cruzada. Como respuesta,  Federico organizó tropas para enfrentarse al papado y obtuvo una importante victoria el 18 de febrero de 1248 en la Batalla de Parma, al capturar por sorpresa las tropas papales el campamento imperial.

Sin embargo, Federico no participio de esta ultima campaña, solo se regocijo con el éxito obtenido y murió pacíficamente vistiendo el hábito de un monje cisterciense, el 13 de diciembre de 1250 en Castel Fiorentino cerca de Lucera, en Apulia, después de un ataque de disentería.

Federico II llego a ser considerado “stupor mundi” (asombro del mundo) ya que según se dice, manejaba nueve lenguas y escribía en siete, a diferencia de otros monarcas de su época, muchas veces analfabetos.

Publicado en: Personajes históricos

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2 comentarios

  1. renato oyarzun dice:

    que fue util gracias

  2. Eduardo Mallo Huergo dice:

    La historia puede ser entendida desde Dios o desde los hombres. La primera hace de ésta lo que es, le da un todo armónico dentro de la aparente fluctuación de las cosas. La segunda dirije su mirada hacia personajes o hechos muchas veces aisladamente y sin comprender su fundamento.
    Creo que esta nota carece justamente de eso, de fundamento y ni siquiera es seria hisoriográficamente hablando por no ser cierta. Al hablar de la despiadada Iglesia y de Federico como un hombre adelantado a su tiempo (?). Si quieren con eso significar que era uno de los primeros «modernos», estan en lo cierto pero con todo lo peyorativo que ese término encierra. Gracias.

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