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Luis XVI y María Antonieta, reyes de Francia

Tras su salida forzosa de Versalles en octubre de 1789, Luis XVI y María Antonieta fueron llevados bajo arresto domiciliario al Palacio de las Tullerías en París. Junto con ellos iban sus dos niños pequeños, María Teresa, y el delfín Luis Carlos, así como la hermana del rey, la princesa Elisabeth.

Luis XVI se vio forzado a ceder la mayor parte de su poder al nuevo gobierno, la Asamblea Nacional. Aunque nunca fue un rey enérgico, odiaba esta Asamblea sobre todo por el tratamiento que siempre le había dispensado a su familia. Así fue que decidió escapar de París y reunir fuerzas en el noreste de Francia, para poder así reclamar de nuevo su autoridad real.

El plan de fuga fue trazado por varios seguidores reales, entre ellos Axel von Fersen, quien supuestamente había sido amante de María Antonieta. El hermano menor del rey, el Conde de Provenza, dejaría el Palacio de las Tullerías al mismo tiempo que el rey y la reina, pero tomando una ruta diferente hasta Montmédy, a casi 300 kilómetros de París.

El Marqués Luis de Bauille se sumaría al rey con su ejército. En Montmédy, al estar cerca de los Países Bajos y Suiza, prevalecerían las fuerzas revolucionarias. El Duque de Choiseal esperaría en la pequeña ciudad de Pont de Sommevelle con cuarenta húsares para acompañar al rey y la reina en la última parte de su viaje.

Axel von Fersen ordenó traer una berlina, tirada por el carrocero Jean Louis y sus seis caballos. La berlina era un lujoso carruaje pintado de verde y amarillo. El interior estaba decorado con terciopelo blanco. Fersen, que iría junto al conductor, tomó las riendas, siendo para muchos el motivo por el cual la fuga resultó fallida. Muchos investigadores acusan a Fersen de lentitud, aunque otros indican que corrió incluso más rápido que otros carruajes de la época.

El lunes por la mañana del 20 de junio de 1791, el día comenzó bastante normal. María Teresa y Luis Carlos no sabrían nada del plan hasta bien entrada la tarde. Para mantener las apariencias, María Antonieta hizo planes para el día siguiente, solicitando guardaespaldas para una salida a la ciudad. A continuación, tomó a los niños a través del paseo de los Jardines del Tívoli.

A las 22.00 horas despertaron a los niños. Luis Carlos iba vestido como una niña, como precauciónadicional. Los dos pequeños fueron los primeros en salir, junto con su dama de compañia, al Petit Carrousel, donde les esperaba Axel von Fersen. Poco después, el rey, la reina y Elisabeth se sumaron a los niños. El carruaje no abandonó París hasta bien entrada la medianoche. Marcharon con tal precaución, que tardaron en recorrer la ciudad dos horas para no levantar ninguna sospecha ruidosa. A las puertas de la ciudad fue donde Axel von Fersen se despidió del rey y la reina.

El carruaje no se detuvo hasta llegar a Meaux, a las seis de la mañana, donde se cambiaron los caballos. La próxima parada se produjo en Maisons-Viels, a las 10.00 horas, y a eso de las 12.30 llegaron a Chalons, donde debían reunirse con el Duque de Choiseul. Sin embargo, al detenerse en Meaux para cambiar los caballos, la noticia de que el rey y la reina habían escapado era ya un hecho en París.

Se hicieron sonar todas las alarmas, y el carruaje apenas pudo llegar hasta la pequeña ciudad de Varennes, a sólo 9 kilómetros de la frontera alemana. Allí fueron descubiertos y detenidos. Tras la captura de la familia real, el gobierno actuó con rapidez. El rey Luis XVI fue llevado a juicio y enviado a la guillotina en enero de 1793. María Antonieta siguió el destino de su marido nueve meses más tarde.

Luis Carlos no pudo sobrevivir mucho tiempo a las penalidades de la prisión, y murió el 8 de junio de 1795. Sólo María Teresa pudo sobrevivir a la prisión, y ayudó a su tío a recuperar el trono francés en 1814.